Escritos Imaginarios

de una mujer salvaje de la montaña

domingo, julio 20, 2008

Beethoven también lo era.

Hoy hablaré de algo que heredé de mi abuela paterna. Soy miope. Bueno mucha gente es miope. Pero yo soy Miope con mayúscula y tengo además astigmatismo. Puedo decir, que indudablemente esto marcó mi infancia, adolescencia y hasta el día de hoy.

Tenía 4 años cuando cursaba pre-kinder. Un día de primavera, la tía Alma habló con mi madre. Yo entre juegos de niña, no entendía muy bien lo que hablaban los adultos, pero recuerdo que la tía me dijo "vas a ir a un doctor para que puedas ver bien". Ese fue mi primer acercamiento. Fui al doctor, corría el año 1988. Era una consulta muy vieja, recuerdo que la secretaria era colorina, usaba un delantal blanco y tenia unos anteojos muy graciosos. Eran grandes y parecían una bicicleta. La consulta tenia uno de esos relojes cu . Tenia además hartas revistas para que la gente no se aburriera esperando, porque por alguna razón las esperas son largas. Recuerdo que entré a la consulta y era un viejito que me recordó a la ilustración de un cuento que me regaló mi hermana. Su silla era grande y el viejito se perdía en la silla. Cuando me dio la bienvenida me sentí a gusto. Igual no entendía mucho, recuerdo esa consulta con lujo de detalles, tenia un escritorio grande, el piso era de parque y era muy obscura. Empezaron a correr las E N M .. "para donde están las flechas" "izquierda" "arriba" "abajo" "mmm no sé".
Después de ese interrogatorio la luz se prendió. Sentí que el show ahora era del doctor, fue como cuando empieza el circo y apuntan al señor que da la bienvenida. Mi mamá se puso triste. Yo seguía sin entender mucho, el doctor me decía que desde ahora en adelante todos me iban a envidiar y que me vería mucho más matea de lo que era. (Previa interrogación sobre si me iba bien en el colegio).

El paso siguiente fue con mi hermana, salimos un día como cualquier otro de mi infancia al centro a comer galletas del Tic Tac, pero esta vez paramos en una óptica. Lo curioso era que la señorita me preguntaba ¿Te gusta? Bueno, siempre encontré ridícula esa pregunta, pero ya explicaré por qué. Yo respondía que si. Me daba lo mismo, siempre me quedaba con el segundo par que me probaba.

Tenía 4 años y ya tenia -3 dioptrías. Altísimo. La esperanza era que a los 18 se estancara. No fue así, sino que ocurrió todo lo contrario. Pero esa es otra historia. Estamos en el 2008 y gracias a que la tecnología que existe existen lentes de contacto que no se sienten y que son mucho más tolerables, pero paradojicamente elegí una profesión que hace que no tolere mis lentes de contacto. El viento, el material partículado y la altura hacen que mis ojos, que son grandes por naturaleza, se conviertan magicamente en un par de huevos fritos anaranjados-rosaseos. Lástima que no puedo operarme. Y no es que no existan operaciones sino que los riesgos son altos y ni siquiera vería bien. Pero lo tomo por el lado amable. A estas alturas ya me da lo mismo, o casi lo mismo.


Buenas Noches.

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

3 dioptrias con 4 años? cuanto tienes ahora?

10:21 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es cierto lo que dices en tu blog, primita, sino existiese la tecnología no podriamos interactuar con otras personas del mundo, arreglar problemas tan basicos como comprar un par de lentes para tu problema de visión que acarreas por tanto tiempo.

Un besito
TKM
Belen

11:56 a.m.  
Blogger Marcelo dijo...

Ahora todo tiene sentido... Por algo no me "habías visto" en la universidad xD !!!

1:39 p.m.  

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