Escritos Imaginarios

de una mujer salvaje de la montaña

viernes, julio 21, 2006

¿Qué es la vida sin recuerdos?

Iba rumbo a mi casa, pero un inesperado dolor de cabeza apareció, era jueves por la noche y las ganas de estar sola junto a las estrellas me embargaba. Imaginé el metro lleno de gente y decidí caminar. El frío aire despejaba mis ideas. De pronto muchas locuras atravezaron mi mente, como por ejemplo hacer un show con mi libro bajo el brazo ó cosas así, pero decidí que iba a caminar lento, respirando, mirando a los ojos a las personas y analizando vidas, siendo un vil espectador de la calle. Y resultó, vi como la gente le sorprendía que la miraran y me di cuenta además que mucha gente camina mirando al frente pero a nadie, dejé mi costumbre de observar que zapatos llevan y de acuerdo a ellos analizar si era digno de mi mirada, vi perros, luces, jóvenes, viejos y ante mi renacieron los recuerdos.

Apareció el boliche que me había recomendado tantas veces mi hermana y que nunca había logrado llegar a el.
Apareció el localcito de tacos, ese con mesitas de kindergarden y que tanto me gustó. Recordé una noche, unos tacos.
Cinco pasos más y seguí mirando a la gente.
Otros cinco pasos y recordé el colegio, el departamento de mi amigo que siempre me gustó y nunca se lo dije.
¿Qué es la vida sin recuerdos?
Seguí caminando y veia como la gente iba a sus destinos, unos alegres otros tristes cada uno ensimismado en su propio mundo.
Había caminado un buen trecho, cuando me encontré frente al gimnasio que vio mi primera curadera, estaba en segundo lo recuerdo, esa noche estaba nerviosa, el gimnasio se iluminaba, aún recuerdo como si fuera ayer cuando entré a el y vi a mucha gente, todos bailando, mucha gente que nunca había visto en mi vida, no se por qué estaba nerviosa, supongo que algo de nervios porque no me sacaran a bailar... pero fue lo contrario, baile mucho y fumé mucho esa noche, la primera vez para ser tanto, siendo que era pendeja. Y recuerdo las luces y las vueltas y las risas, y qué en verdad me embragié del humo, de las vueltas más que del copete.
¿Qué es la vida sin recuerdos?
Otro pasos para encontrarme con la otra cara de la realidad, la pena, el ataúd, la cara de la Pancha llorando, todos mis compañeros estupefactos, tratando de reaccionar, de entender que él no volvería más. No volveré a entrar a esa iglesia, el recuerdo de su cara, destruida, de su cabeza envueltas en vendas, no, esa imagen no se va.
¿Qué es la vida sin recuerdos?
Crucé la calle, y me di cuenta que mi pinta de intelectual al peo, a pesar de mis pocos kilos, marca y no paso desapercibida con mi pelo suelto y el libro bajo el brazo.
¿Qué es la vida sin recuerdos?
Recuerdo esa calurosa tarde ahora, porque la pileta está funcionando y siento que mis mejillas están rojas de vergüenza, aunque sean mis mejores amigos, algo me reprime a besar a mi primer pololo en la calle. Y desaparece esa imagen y ahora también siento que es primavera, que una ráfaga de viento levanta mi falda y me atormento porque se vió mi ropa interior y atrás iban otros colegiales.

Entro al vagón del metro y me pregunto:
¿Qué es la vida sin recuerdos?

miércoles, julio 19, 2006

por una cabeza

Me imagino, escuchando este tango, junto con un puchito vistéh? fumando y mirando el fuego, sho con falda negra y tacón en un bar cual pueblito de tango apretado y triste. Qué discacho este de Calamaro! me dieron ganas de aprender tango, aún están las ganas. Qué curioso!

Por una cabeza de un noble potrillo
que justo en la raya afloja al llegar
y que al regresar parece decir:
no olvides, hermano,
vos sabes, no hay que jugar...

Por una cabeza, metejon de un dia,
de aquella coqueta y risueña mujer
que al jurar sonriendo,
el amor que esta mintiendo
quema en una hoguera todo mi querer.

Por una cabeza
todas las locuras
su boca que besa
borra la tristeza,
calma la amargura.

Por una cabeza
si ella me olvida
que importa perderme,
mil veces la vida
para que vivir...

Cuantos desengaños, por una cabeza,
yo jure mil veces no vuelvo a insistir
pero si un mirar me hiere al pasar,
su boca de fuego, otra vez, quiero besar.

Basta de carreras, se acabo la timba,
un final reñido yo no vuelvo a ver,
pero si algun pingo llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero, que le voy a hacer.

martes, julio 04, 2006

El que no tiene sangre mapuche

Encasillarnos bajo ciertos prototipos. Creo que en términos básicos la pertenencia en un grupo, ya sea de tipo político, religioso ó moral, depende exclusivamente si nos encajamos bajo un cierto prototipo ó estándar de ideas. Pero voy a ir al grano con esta idea, me refiero a la pertencia y al repudio que me causa en esta sociedad medio-en-vías-del-desarrollo-medio-mitad-mediocre la identificación con una clase social.

Desde tiempos de la colonia, cuando llegó lo peor de la madre patria a buscar mejores espectativas de vida, el "bacán" era el español que tenía plata, el que tenía más indios y el que lograba adueñarse de tierras, españoles con siglos de invasión turca, turcos provenientes de gitanos, mercaderes, de personas con gustos por las especias y de dudosa limpieza. Estos mismos españoles que nos trajeron de regalo en sus barcos el famoso resfrío común, si, el mismo con quien he luchado a palazo limpio hartas veces en mi vida. Qué ridicula pertenencia, supongo que desde esas fechas que existe en nuestra sociedad esa idea de que es mejor el extranjero, el que proviene de afuera, el que a pesar que sea como el pico (no se me ocurrió otra frase) igual está por sobre los demás, es digno de admirar. El resto, es el pueblo, cientos de mestizos que se fueron reproduciendo y han gestado al pueblo chileno. Entre tanto, con el pasar de los años, más extranjeros nos han invadido, en la primera y segunda guerras mundiales Chile, si esa franja larga y angosta, ese país que los gringos confunden con el ají, ese mismito fue el abrazo materno de centenares de famlias judías, de italianos fascistas, de alemanes asustados, de yugoslavos con ganas de soñar con la tranquilidad. Me pregunto: ¿cómo es posible qué todas esas familias que venían con el poto a dos manos han sido capaces de subir al mismo techo al que subieron los mismos españoles hediondos de más arriba?. Y es ridículo, porque si nos damos cuenta, la mayoría de la clase AB es bien distinta de la gente que vive por allá en los campos de Temuco. No hay que pensar mucho, son esas familias que dejaron todo por jugársela en la país de nunca acabar. La idea que me molesta un poco, es la de la gente que llena de arrogancia pregona por el mundo que su apellido es serbio, que es difícil de escribir ó que habla italiano y que su mujer es rica e inteligente (en mi universidad hay un profesor que encaja perfecto en el último, por no decir que lo estoy descascarando a él). Admiro esa inteligencia emocional que les hace falta a las tres cuartas partes de mi país. Pero me molesta la arrogancia.

Pero ojo que la idea de la supuesta e insconciente superioridad no sirve para todos, no empecemos a hablar de inmigrantes sudacas o medio negretes porque ahí cambia la cosa.